lunes, 28 de abril de 2014

Concupiscencia



Y aún ahora me pierdo en laberintos
que a nada conducen,
cruzando caminos de desapego y olvido
con ojos fijos en el horizonte.
No habrá mas dolor si paro y duermo,
si me tapo los oídos y me abstraigo
de este mundo que grita.
Pero me clavan uñas y escupen
verbos, manos ásperas me desnudan
y no tengo el aliento salvaje de tu cuerpo
para que me desoriente.
Qué impúdico este deseo de ausencia,
de que me crucifiquen tus brazos
y me destrocen las palabras de un verso.
Qué solos se quedan en el destierro
de mis ojos todos los que tanto quise,
en esta avaricia de otra carne,
en la gula de hartarme de tu cuerpo.




Los amantes de Virginia Palomeque







miércoles, 2 de abril de 2014

Tocata y fuga

Raúl Canestro


Nadie nos recuerda.
Yo pegada a ti, absorbiéndote en este clamor de piel,
ahogando mis manos, mariposas a tu encuentro,
por el pudor de tantos años vívidos,
al acecho de miradas y voces.

Siempre fuiste cancela,
muro reteniendo mis aguas desbordadas.
Yo incauta.

Y ahora sé del asalto,
la intemperancia del sentimiento
creciendo como álamo inmenso, desbocado,
inoportuno, insolente aliento de caballo salvaje,
fugitivo jinete sin espuelas.

Nadie nos recuerda y sin embargo,
tomé tus manos y me empapé de besos clandestinos
a espaldas del mundo.

Aturdidos los sentidos, omnipresente tu nombre,
mortaja de silencio y olvido.