jueves, 28 de marzo de 2013

Lo que me quedará de ti

Qué me quedará de ti cuando lleguen las auroras,
las noches insomnes sin estrellas.
Recordaré acaso tu voz, tu rostro, la tenue sonrisa
esbozada, el abandono callado de tus labios
perfectos, el inequívoco látido, el temblor
que anticipaba tu llegada. Tus manos.

Me entretendrá  aún la sombra de tu cuerpo
desnudo, el dulce aullido desfallecido de tu entrega,
el soplo, los tambores, el grito triunfante de mi goce.
El aroma de ti, en mi pliegues impregnado.

Te nombrarán si, los versos asonantes de mis rimas
mientras canten los grillos y resplandezca la luna,
mientras me envuelvan las mismas rutinas,
las mismas gentes y recuerde tus ojos.

Pero si nunca te amanecí, si apenas me estrechaste
entre tus brazos, si tan poco de ti obtuve.
¡ Qué me quedará de ti, amor, cuando se me olvide
pronunciar tu nombre, se pierdan los ecos,
las palabras,  de tu huella el rastro ! ¡ Qué me quedará
de ti cuando sin estrellas, me cerque la noche !

Noche estrellada de Vicent Van Gogh

jueves, 21 de marzo de 2013

Conclusión

Es tiempo ya. 
Olvidemos nombres, fechas, sitios.
Enterremos para siempre
todo lo que nos recuerde,
bancos, parques, estaciones,
el calor de las manos,
el roce de los cuerpos,
toda la música con la que
no bailamos,-olvidaste tus zapatos
hace décadas-, mis sueños.
Que no quede ni una brizna,
ni un detalle, ni una pequeña
cosa que me desvele,
que me sobresalte en este mundo
de luz al que me arrojas.
Ingrato, frío, sin drama.
Donde solo queda la certeza,
de mi terquedad y tu desidia.


jueves, 14 de marzo de 2013

Silencio y hielo

Reconocer el nombre entre tus papeles y palidecer. Un zumbido, un temblor, el escalofrío inmenso y la punzada amarga del olvido y la traición.
Que era sino ayer, cuando todavía esperaba amarte entre esas paredes que nada nos decían y prometían guardar el secreto de nuestros nombres.
Que somos hoy, sino títeres de esta tragicomedia, otra historia olvidada, sepultada en el fondo de tus libros y vivencias, la página ardiente que consumió mis horas, los restos de un amor -mi amor-sin medida ni futuro.
Y aunque te aborrezca de tanto como me duele, aunque no pueda perdonarte tu cobardía,  el cruel abandono que vestiste de espera, e ignoraras la súplica expresa de que me miraras de frente. Yo, que deposité mi alma en tus manos.
Callo y guardo la tristeza entre estos lienzos, mientras contemplo y te imagino absorto en nuevos horizontes, con los silencios y el hielo rellenando los vasos.

martes, 5 de marzo de 2013

Tu perra

Subamosa

Que queda ya, si no que me mires de frente
y me devuelvas la frialdad del espejo,
el murmullo de las hojas naciendo
en el jardín que deshabito.
Que queda si no esta niebla densa
que me conduce al olvido.
No te conocieron mis manos
mientras dibujabas las olas,
anillando mi muñeca con el aro
límpio de tus deseos.
Aún entonces pensé que me devolvías
un trozo de mi dicha, de ese sueño
de vagabundo errante tras tus pasos.
Y mientras desgranabas
estúpidas anécdotas de mi vida,
borrabas los ejes de la memoria
de tus oscuras andanzas,
de tus impíos procederes.
Sólo he amado a tres mujeres,
me dijiste. Y sabes,
entonces quise ser tu perra.