martes, 27 de noviembre de 2012

Vértigo

Tengo miedo de asomarme
en el fondo de tus ojos
y encontrarme,
intacta,
verbo aún,
reflejo insólito
de días cálidos.
Despertándome
sobre tu cuerpo
lejos de mi alcoba.
Descubriendo el vértigo
de no reconocerme.
Y negarme.
Y de nuevo esperarte
allá, allá lejos,
dónde no existe
el olvido.


lunes, 26 de noviembre de 2012

Puzzle

Entonces, podía explicarte en distancias, kilómetros, metros, centímetros, milímetros.
Y tal vez eras cada vez un hombre diferente, verbo, esencia , materia, deseo.
Tanto te segmentabas, que no lograba unirte en uno solo.
En un vaivén de emociones discurrían los días sin sentido, mi mente tú, mi espacio tú.

Entonces, coleccionaba cada una de tus palabras, de tus gestos.
Atesorando cada uno de los instantes, fugaces momentos en los que asomabas, en los que te olvidabas de quienes eramos y dónde pertenecíamos.
Y yo otra, irreconocible, insensata, juntaba una a una las piezas, moldeándome, acoplándome, lijando cada una de mis esquinas, suavizando mis bordes, acomodando cada uno de mis espacios en el hueco de tus brazos.
Acompasando mi paso a tu paso en los vértices de la rutina.

Entonces, los metros se hicieron kilométros y los días se convirtieron en semanas.
Y yo, pieza inacabada de este puzzle hecho a tu medida, perdi el rumbo, olvidé el sentido, la forma exacta de tus deseos.
Fui naufragando cada día en la ausencia de tus palabras, de tus gestos, tus miradas.
Y casi sin darme cuenta, erré los ángulos, los contornos, juntando piezas de lo que ya no era nada.


miércoles, 21 de noviembre de 2012

Borrasca




Me doblo sobre mi misma y ahí me quedo, esperando.
El aire me trajo una promesa que reverbera como un eco en el diapasón de la esperanza.
Apenas me muevo mientras sonríes y el sol se escarcha.
Te espero pacientemente,te digo. Y luego, nada.
Pero como esperar impaciente con un cielo cubierto de nubes.
Me doblo sobre mi misma y sueño.
Pero mis sueños ya no tienen ventanas, ni escaleras, ni versos guardados en el cajón de un dormitorio.
Se les olvidó la risa y apenas lloran.
Se quedaron perdidos en un presente que ya no existe. Construyeron un futuro con jirones de nada.
Y mientras espero, sueño, y sigo tejiendo nubes de nada con las mismas manos frías de siempre. Esas que olvidaron como te acariciaba.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Retorno y olvido

A veces el mundo se curva y podemos tocarnos las puntas de los pies.
Regresamos al ayer y volvemos a mirarnos en aquellos ojos que tanto amamos.
Pero esos ojos tienen arrugas que hablan del paso de los años, de lo mucho que han sufrido, de tantas veces que han llorado y alguna que han reído.
Y volvemos a tocar esas manos que ya no nos hablan de amor, que olvidaron nuestras caricias, que perdieron memoria de nuestro tacto para recordar otra piel.

Apareces ahora, cuando él se ha ido.

Sin saber que eras fuego, pasión, recuerdo de días convulsos tan dificilmente olvidables.
Cuando todo era futuro y el presente continua zozobra, cuando sólo bastaba un roce de tu cuerpo, buscándote en la noche para que nadie nos viera.
Cuando yo solo era tu mundo y mi mundo érais dos.

Y ahí estuviste durante años, recordándome que fui locura, instinto, carne pura abrasada de deseo, reina absoluta de tus días.

Pero llegó él, como un huracán al principio de mi otoño.
Despertando a esta mujer salvaje en una quimera dormida. Volviéndolo todo del revés, llenando, ocupándolo todo, sin dejar resquicio, hueco alguno. Barriendo recuerdos, volviendo presentes mis días.

Y sin embargo el mundo se curva y apareces ahora.

Cuando herida y rota, cojo tus manos, te miro a los ojos, sonrío y te repito lo mucho que te recuerdo.


viernes, 9 de noviembre de 2012

Hombre salvaje-hombre triste

Hoy he visitado la exposición de Gauguin en El Tyssen, y después he estado escuchando a Los Secretos mientras regresaba a casa.
Paul Gauguin y Enrique Urquijo, un hombre salvaje y un hombre triste. Y a la vez quien no diría que Enrique fue un hombre salvaje y Gauguin un hombre triste.

PAUL GAUGUIN
Escritos de un salvaje



"Para juzgar un libro hay que tener inteligencia y conocimientos. Para juzgar la pintura y la música, es preciso tener - además de inteligencia y ciencia artística - sensaciones especiales ante la naturaleza, es preciso, en una palabra, haber nacido artista y muchos son llamados pero pocos los elegidos".


"...Le interesan mucho las estrellas; me pregunta cómo se llama, en francés, la estrella de la mañana y la de la tarde. Le cuesta entender que la tierra gira alrededor del sol. Por su parte, ella me nombra las estrellas en su idioma. (...). Lo que nunca quiso admitir es que las estrellas fugaces, frecuentes en este país, y que atraviesan el cielo lentamente, melancólicamente, no sean tupapaus...".


PERO A TU LADO

He muerto y he resucitado.
Con mis cenizas un árbol he plantado,
su fruto ha dado y desde hoy algo ha empezado.
He roto todos mis poemas,
los de tristezas y de penas,
lo he pensado y hoy sin dudar vuelvo a tu lado.
Ayúdame y te habré ayudado,
que hoy he soñado en otra vida,
en otro mundo, pero a tu lado.
Ya no persigo sueños rotos,
los he cosido con el hilo de tus ojos,
y te he cantado al son de acordes aún no inventados.
Ayúdame y te habré ayudado,
que hoy he soñado en otra vida,
en otro mundo, pero a tu lado.
Ayúdame y te habré ayudado,
que hoy he soñado en otra vida,
en otro mundo, pero a tu lado.

Los Secretos





jueves, 8 de noviembre de 2012

Desatino

Todavía te esperaba.
Y por ello echaba cada noche miguitas de pan en la oscuridad de tu camino.
Para que regresaras, para que volvieras a encontrarme, no quise escuchar las voces que me hablaban de tu olvido, tu indiferencia.
Sabía de tu adiós, me acechaba cada día como una daga de diana certera, oráculo escrito, destino final de aquella estación.
Y yo trataba de llenar tu vida de canciones y palabras, palabras torpes y sinceras.
Y te habría cubierto de besos y caricias. Y ocupado tus horas.
Y despertado a tu lado.
Yo valiente, independiente, orgullosa, tan vulnerable y expuesta a tu designio.
Todavía ayer te esperaba.
Rechazando cobijo y abrazos, poniéndome excusas, en la esquina equivocada.

Gustav klimt