Raoul Dufy
Desterrados tú y la soledad,
sólo queda un sueño de estatuas sin ojos
cuerpos que rozan sin hallarme
y el estertor de lo cotidiano
tras las paredes.
No soy ya sino sombra
donde se guarecen palomas pasajeras
sin lograr cobijo.
Gélido arroyo que no nutre ni sacia
ni fecunda a su paso,
vacia estoy de hogueras y lumbres,
sedienta, cautiva,
añorando
la razón para unos besos.