atrincherada
vivo esta vida nueva
de mañanas azules, brillantes,
donde no hay congoja ni nada se espera,
adormecida
al arrullo de otros cantos.
Pero a veces añoro hablarte
con esta voz opaca
teñida de amor y amargura,
oscura y expuesta al escrutinio de los ojos,
sin muestras de aliento,
donde soy tan verdad y tan mentira.
A veces, se me olvida que no te quiero.
Que tus palabras fueron ingratas y dolieron,
que tus manos fueron caricia en otras pieles
y repitieron los mismos versos
que susurraste en mi oído,
que fui una más y nunca una,
que mis pasos fueron cortos
y tu desdén frío y certero.
Y aún a veces, sólo a veces, recuerdo tus labios
y tiemblo.
Pareja con la cabeza llena de nubes de S. Dalí |