jueves, 26 de septiembre de 2013

Donde se arrojan los corazones rotos.

fotografía de Katarzyna Widmanska

Habrá que cerrar los puños
y asirse a lo que quede,
con los restos de la memoria
y la desesperanza
de esta tierra árida, impúdica,
que anega mi cuerpo.

Las flores están marchitas.

No hay pecho que me acoja
aunque dulces son las voces
y lamentos en mi huída.
Soy apátrida en este corazón
confuso que no me reconoce,
que contempla la crueldad
de los ojos abiertos,
de las noches insomnes
de las ventanas sin visillos
al mundo.

No se puede salvar a quien no quiere.

El amor huye de mí
sin remedio.
No existe refugio,
ni consuelo.
Arrancando con su gancho certero
el tupido velo que me ciega,
devorando la esperanza,
canibal insaciable de la dicha.
Lanzando sobre mi lecho
esbozos de los cuadros descolgados,
de los trozos de papel
que escribieron otros nombres.

Donde se arrojan los corazones rotos.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Herrumbre


Se volvió polvo el corazón,
fue vano el escalofrío,
el andar de tus dedos
sobre mi cuerpo desnudo.

Fueron inútiles las caricias
de la tarde
con el sol adormeciéndose
tras los visillos.

Se quebró el sortilegio
con las últimas palabras
y las herrumbre de los años
cegándome los ojos.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Llanto

Nunca me has visto llorar,
hundirme en esta tristeza
que me provoca, esa forma
tan tuya de apartarme de tu vida.

Deberías haberme dicho
que sólo deseabas un cuerpo
prestado y un lazo grande
para atarme el alma.

G.Klimt