Cita a ciegas

Sólo una vez te has asomado a está página.
Sólo una vez y nada más.
Y quizás no llegaste a ver el hilo que nos unía a kilómetros de distancia, la intuición que me llevó a seguirte durante meses, el dolor que me rompe cada vez que te leo.
Y es absurdo. infantil e incoherente.
Y no dejo de repetirme que yo sí  besé sus labios y saboreé su piel.
Que mi cuerpo estuvo alguna vez al abrigo de su cuerpo.
Que sus ojos me miraron con amor, al menos un instante, un efímero momento.
Que una vez, una sola vez, me dijo que me quería.

Pero ahora nada vale frente a ti, gran princesa azteca.
Ni frente a cada una de las demás princesas que pueden poblar sus sueños.
Nada vale porque ya no me queda ni el consuelo de sus letras, letras de desamor convertido en verso.
Y sin embargo seguiré viajando cada noche, cruzando el océano para saborear tu música.
Para seguir encontrándomele en cada cita a ciegas.

Magritte