miércoles, 14 de noviembre de 2012

Retorno y olvido

A veces el mundo se curva y podemos tocarnos las puntas de los pies.
Regresamos al ayer y volvemos a mirarnos en aquellos ojos que tanto amamos.
Pero esos ojos tienen arrugas que hablan del paso de los años, de lo mucho que han sufrido, de tantas veces que han llorado y alguna que han reído.
Y volvemos a tocar esas manos que ya no nos hablan de amor, que olvidaron nuestras caricias, que perdieron memoria de nuestro tacto para recordar otra piel.

Apareces ahora, cuando él se ha ido.

Sin saber que eras fuego, pasión, recuerdo de días convulsos tan dificilmente olvidables.
Cuando todo era futuro y el presente continua zozobra, cuando sólo bastaba un roce de tu cuerpo, buscándote en la noche para que nadie nos viera.
Cuando yo solo era tu mundo y mi mundo érais dos.

Y ahí estuviste durante años, recordándome que fui locura, instinto, carne pura abrasada de deseo, reina absoluta de tus días.

Pero llegó él, como un huracán al principio de mi otoño.
Despertando a esta mujer salvaje en una quimera dormida. Volviéndolo todo del revés, llenando, ocupándolo todo, sin dejar resquicio, hueco alguno. Barriendo recuerdos, volviendo presentes mis días.

Y sin embargo el mundo se curva y apareces ahora.

Cuando herida y rota, cojo tus manos, te miro a los ojos, sonrío y te repito lo mucho que te recuerdo.


3 comentarios:

  1. No se porque el personal mira a su pasado con nostalgia, cualquier tiempo pasado no fue mejor,lo importante es vivir a haber pasado y todo es parte de lahistoria personal q formamos una pieza mas en el muro solo es(importante pero no fundamental)




    ResponderEliminar
  2. A mí me gusta que el mundo se curve de vez en cuando.
    Y también prefiero vivir a pleno, y sufrir cuando me toca, que no hacerlo...
    "Carne pura abrasada de deseo", ¡qué frase!, me encantó...
    Besitos

    ResponderEliminar