jueves, 8 de noviembre de 2012

Desatino

Todavía te esperaba.
Y por ello echaba cada noche miguitas de pan en la oscuridad de tu camino.
Para que regresaras, para que volvieras a encontrarme, no quise escuchar las voces que me hablaban de tu olvido, tu indiferencia.
Sabía de tu adiós, me acechaba cada día como una daga de diana certera, oráculo escrito, destino final de aquella estación.
Y yo trataba de llenar tu vida de canciones y palabras, palabras torpes y sinceras.
Y te habría cubierto de besos y caricias. Y ocupado tus horas.
Y despertado a tu lado.
Yo valiente, independiente, orgullosa, tan vulnerable y expuesta a tu designio.
Todavía ayer te esperaba.
Rechazando cobijo y abrazos, poniéndome excusas, en la esquina equivocada.

Gustav klimt

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