sin sueño.
Soy la estatua triste del parque que invocabas
al gato atropellado, el niño perdido,
tu aliento.
No conozco otro camino que la huída
de la negra noche donde no existo,
dónde soy cáliz,
el despojo de tus brazos.
Habré de cruzar la frontera
con esta flojedad que me habita
asida a las costuras de tu camisa blanca
a los pétalos de tu boca
a la negación de los verbos,
a la agonía de tu lamento que me conmueve
y me desdobla.
Te espero amor, y aún me alejo gris
sin tregua.
Seré recuerdo sin espinas feroces.
Dejaré reverberando en los ecos de tu lecho
todo este dolor extraño,
todo este amor consumido
en ausencias,
en palabras lanzadas al viento
en silencios repletos de piel y llama
aferrada,
mientras llega la mañana.
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| L,amore Perduto |

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